Alergias literarias

Creo que soy alérgica al tomate natural. Cada vez que me como un bocadillo de jamón serrano con tomate me pica el paladar y la lengua. Y pienso que es el tomate porque TIENE que ser el tomate. Porque como sea el jamón será una desgracia de tintes patrióticos comparable a un inglés alérgico al té.
Por otro lado, llevo media vida planteándome seriamente convertirme en vegetariana, lo cual es totalmente contradictorio. Pero sospecho que me lo planteo de la misma manera en que un matrimonio octogenario se plantea el divorcio: sin fuerzas.
Así que soy alérgica a la lactosa, al kiwi y al tomate/jamón serrano. Avanzo con paso firme hacia el nerdismo.

Y por fin! he leído Dos damas muy serias, de Jane Bowles. Me ha gustado, pero el rollo ese feminista de las dos protagonistas no me convence. Porque no son feministas, son gilipollas integrales. Sobre todo Christina Goering. Mientras leía sus aventuras amorosas en su época hippie lo único que quería es que al volver la página algún hombre la descuartizara o algo así. La Copperfield me cae un poco mejor, porque entiendo que se obsesione con la panameña cañón. Pero a veces se me escapaba algún juramento también en su contra.
Aun así, me ha gustado. Pero no sé si influída por Tennessee Williams, el cual decía que era su libro favorito. Y yo soy fiel y fan del señor Thomas Lanier Williams III.