jueves, 20 de agosto de 2009

De perversiones

Mi última perversión será escuchar a Lynyrd Skynyrd en un iPod. Sí, he aceptado como regalo un iPod. Pero no, de ninguna manera veré Lost. Ni un puto capítulo. Preveo un final idiota y absurdo y me muero por señalar con el dedo a sus seguidores mientras imito el A-HA de Nelson (de Los Simpson)
Y digo perversión porque en un iPod debe escucharse electrónica facilona y moderna. Con ruiditos que te martillean la cabeza, como la que ponen en mi gimnasio. Sí, voy al gimnasio. Otra perversión.

Mi penúltima perversión ha sido dejar aparcado un libro de Nabokov (no diré el título) por otro de P.D. James. Es que la novela detectivesca británica, con su té, sus marujas solteronas y sus días lluviosos me encanta.

Ah, hoy en el trabajo una abuela me ha dado un beso y un abrazo en pleno ataque de amor. Y todo porque le he cambiado la pila del Sonotone. A ver si la gente aprende y agradece mejor las cosas. Todos deberíamos ser un poco como la Córcoles. Ella también tiene sus perversiones, pero es agradecida.

domingo, 9 de agosto de 2009

Los adolescentes estamos de luto

jueves, 6 de agosto de 2009

Vergüenza

Mi madre me ha limpiado la habitación y luego me ha dicho que cada muñecajo que limpiaba hablaba o cantaba al levantarlo, y claro, la mujer se asustaba.

No sé qué es más vergonzoso, si tener muñecos sensibles al movimiento que dicen chorradas o que mi madre me limpie la habitación...


Nota: ella la ha limpiado porque ha querido, yo ni mucho menos la he obligado.
Nota 2: la verdad es que tengo que reconocer que la ha redecorado y está mejor.
Nota 3: anda! acabo de encontrar algo que creía perdido desde hace meses.