"Y las compañías, los bancos, fueron forjando su propia perdición sin saberlo. Los campos eran fértiles y los hombres muertos de hambre avanzaban por los caminos.
Los graneros estaban repletos y los niños de los pobres crecían raquíticos, mientras en sus costados se hinchaban las pústulas de la pelagra. Las compañías poderosas no sabían que la línea entre el hambre y la ira es muy delgada.
[...]
En las carreteras la gente se movía como hormigas en busca de trabajo, de comida. Y la ira comenzó a fermentar.
[...]
Y se quedan inmóviles y ven las patatas pasar flotando, escuchan chillar a los cerdos cuando los meten en una zanja y los cubren con cal viva, miran las montañas de naranjas escurrirse hasta rezumar podredumbre; y en los ojos de la gente se refleja el fracaso; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente.
En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y cogen peso, listas para la vendimia".
Leer Las uvas de la ira, J.Steinbeck, y sentir escalofríos por las similitudes con la actualidad.
LUEGO DIRÁN, QUE SOMOS 5 O 6!!!!!!!!!
ResponderEliminar