Vendetta

Leí hace un poco un libro rollo zen, paz interior, budismo, reencarnación y todo eso y creo que lo estoy consiguiendo. Estoy consiguiendo no perder los nervios fácilmente.
Cuando los pintores no entendieron que no quería un gris azulado para el salón, sino un gris piedra, no perdí los nervios. A la tercera vez de intentar explicárselo respiré hondo y con una sonrisa dije que volvieran al blanco.
Cuando el carpintero me enseñó las puertas horrorosas de los muebles de la cocina, que nada tenían que ver con lo que me prometió, suspiré y le dije que ya buscaríamos una solución.
Hoy, cuando me han quitado el aparcamiento de una forma vil, tampoco he perdido los nervios.

Las 9 a.m, media hora intentando aparcar, encuentro por fin un sitio y me dice una señora que lo está reservando para su sobrina que está al llegar. Le digo amablemente a la señora que los sitios no se reservan, que aparca quien llega antes, lo cual es mi caso.
Sigo exponiéndole mi punto de vista cuando con un "cooooñoooo, ooooo´tiaaaaa quita ya tu puto coche que aparque" he conocido a la sobrina.
Me he quedado muerta. He bajado la ventanilla y le he dicho: "perdona???, un poco de respeto, que a lo mejor no aparcas, aparcarás si yo quiero" A la tía (la tía de la sobrina) le he dicho que me parecía muy feo eso, que su sobrina me pidiese perdón, y que dejara de gritar que era muy chabacano. La señora me ha pedido perdón de su parte y yo me he ido despacio mientras la oxigenada poseída por el diablo seguía gritando mientras aparcaba su coche lujoso y hortera en mi ansiado aparcamiento.
He girado la esquina, he puesto las luces de emergencia, he aparcado en doble fila, he ido hasta el coche lujoso y hortera y con las llaves de casa lo he rayado en toda su longitud.
Lo he hecho así, sin pensar. No es propio de mí, soy una persona pacífica que prefiere el diálogo al conflicto físico (posiblemente porque no tengo ni media torta..), no cometo infracciones de tráfico, ni robo en grandes almacenes, la moral y la ética rigen mi vida. Qué queréis que os diga, era demasiado temprano, ni siquiera había desayunado y llevaba media hora intentando aparcar como para que una choni me grite desde otro coche.
Confieso que es la segunda vez que rayo un coche (la primera fue un deber, una venganza personal y necesaria) y es macarra y amoral, pero sienta bien.
Es como follar pero sin quitarte la ropa. Y de verdad que no he perdido los nervios en ningún momento. De hecho, estaba muy tranquila.