Según Skal, la evolución de este género va unido al miedo colectivo de cada época:
la Primera Guerra Mundial y el morbo por los freaks, la Gran Depresión y Frankenstein o Dr Jekyll y Mr Hyde, la Segunda Guerra Mundial y los hombres lobo, la Guerra Fría y los extraterrestres, sin olvidar la relación entre el SIDA y los vampiros.
En su introducción, Skal nos habla de la fascinación que sentía Diane Arbus por "Freaks".
La pelícual de Tod Browning fue una epifanía para ella.
Arbus deseaba fotografiar "el mal", es decir, todo aquello que fuera tabú, y buscó por toda Norteamérica fenómenos de feria.
Y se encontró con Jack Drácula. Su cuerpo era un homenaje a los clásicos del cine de terror. 300 tatuajes cubrían su piel: Frankenstein, murciélagos, hombres lobo, el fantasma de la Ópera..
Arbus realizó un ensayo fotográfico sobre él. De la misma forma que años antes había realizado ensayos sobre moda.

La fotógrafa descubrió algo. Descubrió que cualquiera puede ser un freak. En un momento concreto, cualquiera podía parecer retrasado. Norteamérica era una verdadera feria de monstruos.
"La vida como espectáculo de horror en oposición a la vida como aburrimiento"